Economía a la baja

Lo vemos en la calle y en nuestras casas: no hay dinero. Llega la quincena y hay que pagar luz, teléfono, cable, tarjetas, comida, transporte, colegiaturas, etc. y nos endeudamos otra vez para alcanzar a terminar la quincena ¿será una situación de ahorro? ¿En qué se gasta? ¿En que se invierte? Esto es el efecto de la economía de casa, la macroeconomía no le interesa directamente a la persona; el efecto real lo verá en el bolsillo. El gasto hormiga es el que más afecta el bolsillo y no nos damos cuenta de inmediato.

¿Aumentar los salarios? Aunque haya un impacto inflacionario al parecer es necesario para que haya circulante y active el comercio de consumo y liquiden sus deudas debido a que el nivel de morosidad está en sus mayores montos en años. Solo que es necesario desvincularlo de las demás leyes (más de cien) ya que las multas, sanciones, etc. están basados en salarios mínimos. También recordar que hay salarios mínimos profesionales y que también se verían afectados y obviamente los demás salarios se observaría el impacto debido a que el salario mínimo es una guía sobre los pagos que se realizan.

¿Apoyar al empresario? Claro se ha visto disminuido en sus deducciones fiscales incrementando el pago de sus impuestos y reduciendo su flujo disponible para inversión, es necesario que en este paquete económico 2015 se dé un “paliativo” fiscal como el regreso de la deducción inmediata creando un impacto directo a la inversión si se aplica inclusive en este año. Hay que auditar los apoyos que se dan, los programas con recursos que se aterricen y no se queden en gestores; así como que lleguen a las verdaderas PYMES y que el empresario cuente con todas las facilidades para llevar a cabo los trámites que se tardan un mes en instalar un negocio.

¿Reducir costos? Se han disparado los precios de la canasta básica y aunque pensamos que regresar a los años ochenta donde se pactaba entre los empresarios el no incremento de precios, es necesario paralizar los incrementos a los insumos básicos que controla el gobierno, no el empresariado: luz y gasolina. Asimismo las empresas no tienen un control de recursos (un presupuesto) y viven a “la ahí se va”. Es necesario que se tenga un plan corporativo, un sencillo organigrama porque hay muchas empresas familiares en donde todos mandan y nadie trabaja. Pero eso sí: todos cobran y descapitalizan el negocio.

¿Menos horas en el trabajo? Con la propuesta de Slim de laborar menos horas a la semana para que el mexicano sea más productivo esta se deshecha rápidamente si comparamos a la productividad actual que es igual a la del año 1979; así es, estamos igual que hace 35 años. Eso sí, se trabaja más horas pero somos menos productivos. Esto refleja el nivel de preparación y de horas-hombre desgastados impactando al trabajador sintiéndose cansado y sin ganas de seguir trabajando. Es necesario adecuar y mejorar el trabajo probablemente mediante la capacitación. Aquí entra el empresario ¿para que lo capacito si después se va?

¿Crear más empleos? Lo que es necesario es evaluar las carreras universitarias y adecuarlas a los tiempos y no tener escuelas patitos ni carreras inservibles, así como no solo educar a los alumnos a ser “trabajadores” sino en ser “emprendedores” ya que 8 de cada 10 desempleados son aquellos que tienen más nivel de estudios. Y los padres deben cambiar la mentalidad de sobreproteger a los “niños” y estar más atentos a lo que se dedican. Este es un problema estructural que tiene que corregir el gobierno junto con las escuelas, pero debe iniciar desde la casa. Antes te decía el padre: “ve a trabajar aunque no te paguen (o te paguen poco) para que aprendas”, ahora te dicen “no trabajes hijo, aquí tienes todo ya que en ese trabajo te pagan poco”; es necesario corregir este aspecto sobreprotector.

Si esto no se ve el efecto del impacto económico, esto ha afectado a la popularidad del ejecutivo ya que de acuerdo con una encuesta elaborada por el Pew Research Center, 6 de cada 10 mexicanos se encuentran insatisfechos con la economía y también desaprueban el desempeño económico. Es necesario incentivar la economía y las reformas tardarán algunos años en llegar a tener el verdadero impacto según lo proyectado.

En estos meses de septiembre empezará a repuntar la economía del país debido a que se soltará el gasto del gobierno (ya ha empezado a fluir) por lo que el sector constructor recibirá un aliento de vida al revivir económicamente hablando al ser el principal beneficiario de esta inyección de recursos. Además que económica y estadísticamente el último trimestre del año siempre es el que aumenta el PIB y se reactiva la economía, al parecer esta se dará desde el mes de septiembre. Por lo que es el momento de “mover a México”. Hay que ser optimistas.

Se acabó el proceso de reformas estructurales, ahora vendrá lo importante: aterrizarlas y que beneficien al país.

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